lundi, juin 20, 2005

La exraña luz de los trenes

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La extraña luz de los trenes
detenidos en la vía muerta,
ventanas descolgadas,
visillos trenzados al viento
de los hangares y las urracas.

Sudor de piel metálica,
seco en la fría desmemoria.
Expreso detenido para siempre.

Los kilómetros el sol las lluvias
y la música trance de las traviesas.
El reloj del andén con dos caras
y el revisor equilibrista con su peculiar
modo de cerrar los compartimentos.
Donde los libros abiertos se dejaban caer
como la ropa y los párpados.
Y la sonrisa se vestía de beso.
Aquellos cigarrillos durante ciertas casas
y tantos otros campos infinitos.

La extraña luz de los trenes
sin puertas sin apenas ya nada,
lugar que habitan maquinistas suicidas
y guardagujas desaparecidos.


En los que al filo de dos sueños
se encendían vagas estaciones
al reducir la pesada lenta marcha
acompañados al paso por un jefe de estación
sin rostro sin más que un silbato
rindiendo su bandera única y sucia
como la trama de los vidrios cansados
y el color roto de anuncios tan antiguos
bajo el cartel de un pueblo desconocido.

El viaje la vida estaba a este lado
y entonces partía con nuestra voluntad
y la seguridad de poseer el tiempo.

Respetaré este aire que transita
en el silencio quieto del misterio.
Dejaré reposar la historia.
Dejaré descansar a los muertos.


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Texto: Jesús Fragoso
Fotografía: Florencio Sánchez.


www.florenciosanchez.com

2 commentaires:

Dra. Kleine a dit…

Y llevando vidas de un lado a otro
sabes que el sudor de rieles
cabalgará fuerte igual que un potro,
llevando corazones de todos los fieles
a aquellos detinos que alguna vez imaginé remotos...
Saludos!

Jesús Fragoso a dit…

Se puede agrupar a los poetas por el elemento natural que aman o prefieran ( agua, aire, tierra y fuego). Y se puede medir su valor por el dominio con que lo expresan o su capacidad respiratoria de buceadores.

Federico García Lorca.1929 Conferencia privada en Nueva York.