AYER sus palabras se tatuaron en tu corazón.
Desde tan cerca se oían lejanísimas.
Pero podías perdonar. Y perdonaste.
Porque las mentiras más grandes sostienen
las columnas del templo de la felicidad.
Hoy a tus pies se deshace la luna
en cristales de agua salada y estéril.
En la orilla del mar, cementerio de conchas.
Texto: Jesús Fragoso
Fotografía: Lourdes Contreras. Obra en
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Porque las mentiras más grandes sostienen
las columnas del templo de la felicidad.
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