jeudi, avril 20, 2006

Paseos en Chioggia

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Cielo negro y vino rosso.
Sonrisa y humo de carne,
ojos como grandes lagos.
Dulce frissante piel,
en el baile quieto.
Mujeres apretadas
en su hermosura de mordisco
y varones extrañamente atentos
a las formas del cortejo
con la piel bruna y herida
por el sol de la espuma.

Taja el canal la barca,
el puerto, la señal verde,
el tránsito a lo oscuro.
El mar abierto a la flor de la noche.

Se presienten sus voces entredichas,
la calma y el olor a sal.



Texto: Jesús Fragoso Del libro Lejanías
Imagen: Elio Villa

dimanche, mars 19, 2006

Tatuaje



AYER sus palabras se tatuaron en tu corazón.
Desde tan cerca se oían lejanísimas.
Pero podías perdonar. Y perdonaste.
Porque las mentiras más grandes sostienen
las columnas del templo de la felicidad.
Hoy a tus pies se deshace la luna
en cristales de agua salada y estéril.
En la orilla del mar, cementerio de conchas.

Texto: Jesús Fragoso ( editado antes 15..2.05. Por petición)
Fotografía: Lourdes Contreras. Obra en Picassomio.com

mercredi, mars 01, 2006

El lobo

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El viento crujía en los árboles
más allá de los cristales.
Otro mundo
nos recogía
cercano como un fuego de hogar.
Nevaba en los caminos
y desaparecían sin desmemoria.
Sólo el recién caído silencio
y unas manos que no me pertenecían.
Y unos ojos que hacia horas que vagaban
como infantiles vampiros
por la tibia edad de tu cuello.

Nevaba afuera que era muy lejos.
Donde la luna era reina
de una oscuridad clara.
En la noche nevaba
y no había nada que pudiera llegarnos
que pudiera invitar a otra cosa.
Tan ajenos como desprotegidos
ante la falsa beatitud de la entrega.

Tampoco sabíamos del acecho de lobo,
que fundía la nieve con sus pisadas.
No lo supimos hasta que tú le miraste
y yo tuve todo el miedo de los cobardes.

Y ahí sigue más allá de los besos a pesar de los años.
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Texto:Jesús Fragoso.
Imagen: thomas Sbampato.

lundi, février 27, 2006

LLamarte

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Cinco minutos más por favor,
de ser yo mismo,
sin retóricas palabras,
sin explicaciones,
sin más argumentos que mi respiración.
Que quiero fumar la pipa de la paz sólo conmigo
y sentirme
vivo dentro de mis ojos cerrados.
Concentrarme firme en el trabajo de la nada.
Cinco minutos más por favor,
sin interferencias externas
en mañanas inacabables.

Necesito
una mirada tuya
como único teléfono.

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Imagen inicial: Franco donaggio

texto: Jesús Fragoso, del poemario La luz más clara , 2004

vendredi, février 17, 2006

Un café


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Sobre las medias, templada la licra
por el sol de invierno, se cruza
la breve falda. La terraza ha florecido.

Y mis dedos repasan, invisibles,
su finura, su frú-frú entrecortado,
ávidos por desabrochar los gestos
de tus recuerdos; abrazar el deseo
que fue tuyo solamente. Suponer tus pasos
y sus manos en ti; tu falsa lucha y la ropa
abandonada tras la conquista.

No te conozco, pero si me preguntaras algo
nadaría en tus ojos irlandeses,
en tu piel blanca recién creada,
hasta abarcar la plenitud de esa sonrisa.

No me conoces ni sabes de mí,
aquí en la ribera izquierda de tu olvido,
al otro lado de esta terraza de bar
donde un único rayo nos ha iluminado
juntos esta mañana. Y mientras se desvanece
el humo de tu taza, ha nacido
esta fotografía de palabras y papel.

Texto: Jesús Fragoso
Pintura : Pedro Sanz

lundi, février 13, 2006

De sueños y tardes

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Ni las altas nubes
que llegan desde más allá del mar.
Ni el temblor del cielo
que dejan al fluir,
apagarán tu sonrisa sosegada
cuando bajas la guardia
y concedes a Morfeo
la tarde que declina.

Ni el desierto de este a oeste,
ni la noche llena de norte y de sur
superarían el idioma mágico de tus sueños.

Contemplar entre la luz tenue
del sol moribundo
como te dejas arrastrar
por las olas de la inconsciencia
me obliga a pedir permiso
por tan alto don.
La música de la "vie en rose "
nos apaga definitivamente por hoy
y no podré sino despertar en el sueño
para seguir viéndote dormir.

En ocasiones, el tiempo de una canción
dura tanto como el sueño de una vida.


texto: Jesús Fragoso

Imagen: Martin Collins

mardi, février 07, 2006

Mugello ( Toscana)

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En la puerta abierta
del bosque toscano
cada roble alberga
los secretos de las caballerías antiguas.
Creo recordar los largos y polvorientos
viajes a caballo para rendir mi escudo
a su majestad insulsa.
Ya entonces amaba tus noches
en las que el sol permanecía rojo
hasta los primeros besos.
Sólo en las fogatas
la luz de los insectos
me convertía en el oro
de los príncipes.
Esperaba conquistar
este pueblo para escribir
con la libertad del sabio.
Esperaba blandir el hierro
más alado para poder
otear el horizonte alto
de los patricios elegidos.

Esta oscuridad brilla
sin la niebla de las palabras
y sólo aquí el cielo es la tierra
y yo puedo ser el mundo;
pero al alba una alondra
caída y ciega,
me hablará en otras lenguas
y entenderé la frágil ausencia de los puentes,
la pereza del tiempo y de la fortuna
y seré una vez más el desterrado.

Texto:Jesús Fragoso, del libro Lejanías.
Pintura: Ann Candler.


lundi, janvier 30, 2006

Un año de geografías

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Gracias a todos los que habéis tenido el interés de pasearos por estas geografías. Vuestras voces las guardo en lugar secreto. Hoy hace un año que merced al viento pude compartir mis versos y vuestras palabras. Os siento cerca. Besos.

Pintura. Steve Johntson " persiguiendo al viento"

dimanche, janvier 29, 2006

Círculo de días

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“Sería hermoso decir que es siempre posible.
Pero casi nunca es cierto.”
Luis Antonio de Villena


Cerraré los ojos.
Besaré tu hombro.
Enhebrándome
como si hiciera frío.
Te seguiré por el camino
de todos los acantilados.

Pero antes me gustaría comer
de tu plato. Entender
tu manera de masticar el pan.
Reírnos de lo que te contase
como si me escucharas.
Que pelases la fruta con dedos
atrevidos sin miedo a salpicarme.
Con ese olor que perdurará
toda la tarde y será tuyo y mío.
Que te lavases con mi agua
el azúcar reseco en tus labios.

Y sobre todo que no te guardaras
las palabras de amor que me pertenecen;
y que no te rieses solamente
porque yo ( ya lo sabes)
cerraré los ojos.
Besaré tu hombro…

Texto: Jesús Fragoso
Pintura: Janet Treby

mardi, janvier 10, 2006

Punto de fuga

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La inmortalidad de aquellos años
residía en avanzar
a ciegas con pasos de gigante
sin un rumbo más concreto
que apenas un puñado de estrellas.

Y las caladas al Chesterfield
en el claustro más quieto
( qué bien disimula el arte);
y el halo de las farolas
esperando toda la noche
que nos diéramos un beso.

Ahora que no nos falta el calor
si lo buscamos
y podemos ser arquitectos de nosotros,
reconozco haber disimulado
como un mendigo las migajas de alguna cena para dos;
y percibo que hace frío a las afueras
de un recuerdo que arde blanco
desde una estancia antigua, guardada
y única en el palacio de lo que fue.

En este tiempo TENER no es la preocupación,
sino SER a pesar de la meteorología de los afectos.
Sin embargo añoro la maravillosa
estupidez de aquellos años.

Porque no fue solamente
la primera huella del descubrimiento;
la mudanza de la edad;
llegar tarde a casa con tu olor en mi abrigo,
en la camisa hasta en los bolsillos;
la niebla de tus palabras al acostarme,
ebrío de ese calor de tus mejillas,
que se despidió contigo
abandonándome a la noche;
sino un viaje que creíamos eterno
sin planteárnoslo siquiera.
Un refugio para la vida contra el invierno.

Y más allá de nosotros: el mundo,
sólo un escenario propicio,
un punto de fuga para el primer deseo.

texto: Jesús Fragoso
Fotografía: Marc Rivière

mardi, janvier 03, 2006

Cada verso un minuto

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8 am Todo el mundo anda con prisa
8,01 am y me pregunto sobre los lugares comunes
8,02 am del a dónde y del por qué.
8,03 am El dinero, el poder, la ambición, ser reconocido,
8,04 am compromisos, obligaciones, hasta la amistad
8,05 am en las normas regladas por nosotros,
8,06 am para permitirnos pasar la página de las aspiraciones personales.
8,07 am Siempre más y mejor. Ahora se llama calidad de vida.
8,08 am Calidad de marca en todo lo que se precie,
8,09 am conozco una ciudad que aspira a ser marca también.
8,10 am Una ciudad que antes fue mi pueblo.

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8,11 am Y ME PREGUNTO (ingenuo que aún preguntas)
8,12 am en una serie de iguales de miradas y expectativas
8,13 am de hombres y mujeres con ojos cansados, dormidos,
8,14 am sin apenas luz, sin apenas fuerzas para fijar la atención
8,15 am más allá del camino conocido, como cada mañana
8,16 am en la misma caravana de zombis héroes,
8,17 am ora et labora ; primum consumire deinde filosofare,
8,18 am SI NO ACABA SIENDO todo falso,
8,19 am toda esta cruel olimpiada hacia el sinsentido.
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8,20 am Y ME PREGUNTO con un suspiro llamado ansiedad
8,21 am cómo serán sus palabras cansadas
8,22 am quizá cómo las mías,
8,23 am quizá no tengan palabras o no las quieran,
8,24 am porque prefieran la felicidad o la ignorancia.
8,25 am Compartimos esa lluvia de hojas yertas
8,26 am cercanas pero inalcanzables,
8,27 am en ese parque donde los niños atraviesan ya
8,28 am con la carga de sus mochilas.
8,29 am Compartimos ese tacto arrugado por haber vivido
8,30 am sin moverse de su árbol, de su rama, de su tallo,
8,31 am una existencia completa (primavera-otoño) como hojas de árbol.

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8,32 am No somos tan diferentes; pero nosotros podemos cambiar
8,33 am imaginar otras vidas; decidir si merece la pena
8,34 am no tener nunca tiempo para decir (sin prisas)
8,35 am lo bien que te quedan el anorac, los clips , el pelo,
8,36 am ese olor a sueño que llevas aún de las sábanas en tu piel;
8,37 am y no solamente haber deseado decirlo.
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8,38 am Haber oído tu voz “Buenos días”
8,39 am en lugar de hablar a solas con las manos en el volante.
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8,40 am Después nuestros teléfonos se buscarán entre todos
8,41 am y organizaremos la compra, las salidas y las entradas
8,42 am de todas las actividades sin vernos siquiera.
8,43 am Sólo voz reconocida voz sola.
8,44 am La prisa nos habrá convertido en sonido y ( ) en silencios
8,45 am mientras el otoño nos seguirá empujando disfrazado de mundo
8,46 am con cierta rigidez postmortem; como ahora
8,47 am aquí quietos-transitando en esta autopista
8,48 am repleta de estrellas rojas a las ocho de la mañana.
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Texto: Jesús Fragoso
Pintura: Bruce Meek, Gabriela Zalewska, Leonor Fini,
Fotografía: Bob Carlos Clarke.

mercredi, décembre 14, 2005

Por entender

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“ No te preocupes no me he ido
¿ cómo iba a irme sin saber?
Somos el tiempo que nos queda.

José Manuel Caballero Bonald

El tiempo vivido
y el que nos queda somos.

Somos un recuerdo, memoria o atisbo
y una fuerte voluntad de esperanza.
No nos reconocemos como reloj
de este bello traje que arde,
pero frágiles nos disponemos
a entender lo que se nos escapa.
Así como esos caminos bajo la niebla
perdidos; como hombres
ensimismados por una promesa
por una caricia o por una ambición.

Entender la luz tras la montaña
o el silencio de los espejos.

Entender sin rencor ni dobleces,
a perdonar sin políticas.

Sin mentiras. Sólo una voz
para que me pueda fiar de ti.
Por favor.

Entender cómo un hombre
acaba con otro y esa noche
concilia el sueño.

Entender porque los besos
no nos despiertan como antes.

Si alguien lograra tan alta ciencia...

Pintura : Xevi vilaró
Texto: Jesús Fragoso

dimanche, novembre 20, 2005

Muerte natural

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Maneras de morir
como el humo de un cigarro
dibujado en las nubes;
formas de vida
en una coreografía de gestos
entre las murallas del aire
al amparo del bosque
del pan y de la tierra.
Siempre permanece la llama en la noche
como aquel reclamo del cazador
que reconoce su presa
desde su cerco
sin moverse


esperando

el silencio.


II

Maneras de ser
esa arena antes roca
al desvelo de los gritos
de los golpes del azul.
Palpitación del tiempo
que desmembra cada palabra.
Cada carta escrita
con las razones del mito.



III


Esta casa sobrevive ajena
a los colores del cielo.
La lenta decadencia
saluda ya por las ventanas
sin cerrar los postigos en la noche.
Una mirada como tren que se aleja;
flores caídas sobre mesas de jardín.



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IV

Sigo en ocasiones el rastro
de una colonia que no se vende
desde hace años.
Y creo en los sueños.
En el movimiento de los fantasmas.

V

Porque me regalaron frases y rosas.
¿Has visto cómo se apaga un lirio?
Se hunde como si enmudeciera
una boca arrepentida.
Me regalaban rosas y frases
si me veían pasear.
Y me llamaban joven.

VI

Formas de vida,
geometría del destino
abrazados sin brazos
uno al lado del otro
en un sofá recamado.
Se apagan a la luz del televisor.
Lenguaje inmóvil de las vacas.
Y me saludaban
con las tijeras en la mano.

VIII

Las puertas no se abrirán
a pesar del viento.
En las losas descansan
los gatos insomnes.
Ellos nunca se suicidarán
por el silencio de los objetos
o la quietud de invierno
en las habitaciones.

Texto: Jesús Fragoso
Imagen : Florencio Sánchez

jeudi, octobre 27, 2005

La cesta de otoño

a Marc i Laia



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Tú recoges hojas
y yo recuerdos.
Ambos caminamos
al pie de un abismo.
Que tú ignoras y yo presiento
como una sombra.

Tú, bajo el árbol,
que como una madre
te espera con secretos
en los bolsillos;
yo revolviendo la memoria
en busca de una sonrisa,
aquella que fue origen de todo.

Actos acostumbrados
pequeños, cotidianos,
insignificantes,
sine qua non,
pero sin nombre ni apellido
ni voluntad de pervivencia.
Cada día buscamos una luz,
aunque nos bastaría
con una palabra.
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Ante un único sol,
imaginamos que es nuevo
que nos enseñará el camino.
Al cabo siempre queremos más.
Vivir no parece suficiente
y el resultado es la búsqueda
o esperar de nuevo a que amanezca.

Frente a la chimenea
miramos la cesta
y no veo nada
que la vida no haya hecho para ti.
Las hojas, las setas, el musgo
y la ilusión de creer en la conquista.
Un tesoro en cada rincón.

Mas yo no he cazado ni un recuerdo.
Desaparecen
si tú descubres el mundo a mi lado.
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Texto: Jesús Fragoso
Imagen: Román Guerras Álvarez y Peter Rodgers
Pintura : Xevi Vilaró

mardi, octobre 18, 2005

Eclipse

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Como si el sol se alejara en un silenciarse de luz,
dibuja lunas en cada uno de mis pasos
una sombra transparente.
El aire es leve, los espacios de cristal.
Se podría tocar la seda antigua del cielo.
Se podría respirar la piel delicada de la tierra.
Los campos abiertos que sueñan con el color
de los atardeceres a las once de la mañana.
En los colegios hoy el patio no existe.
Y los niños en una fila que durará cien años.
Sus risas serán árbol, nube o pájaro.
Sus miradas montañas por alcanzar.
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Cuando el sol regresa inevitable,
en el borde de la carretera
un hombre detenido,
pequeño como el mundo,
incomprende cualquier acción del héroe.

No es demasiado viejo, tampoco joven.
Un hombre en su mínimo albedrío
sin saber por qué.


Texto : Jesús Fragoso
Fotografías: depto astrofísica de la UCM y Peter Rodger

jeudi, octobre 13, 2005

Sombras

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La escritura de las sombras en la pared.
Lenguaje dictado por la invisible fuerza
que nos llega desde la memoria más remota.
Me hablas pero no alcanzo a escuchar tu voz
y sin embargo tengo frío al comprenderte.
Me duelen las formas que adopta tu voluntad
en las estancias de mi pensamiento.

Texto: Jesús Fragoso Del libro La estación de los instantes.

Litografía: Heriberto Cogollo why?

vendredi, septembre 09, 2005

El manuscrito de San Gimignano

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I


Hoy, un tacto helado
arriba en el buque
como una niebla
en forma de ratas.

En la noche blanca
las velas de sus tres palos
parecen faldas que bailan
con una orquesta de esqueletos
y Wagner resucitado.

Los soles tiñen de rojo
los cielos imposibles
sobre las dársenas
sucias de niños solos.
-Háblame de ti
de tus huellas aguardándome
borradas espumas
dejadas en la arena.
De por qué mi caballería
no anduvo más veloz
para detener el futuro.
Ahora ya es demasiado tarde
para saber dónde se esconde
el ansia invisible.

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II


El bosque permite al carruaje
reflejarse en los lagos quietos
esperando el ruido sobre los puentes.
Transcurre el pueblo
allí donde siempre estuvo.
Mas los pájaros se han dormido en los caminos.
Anuncian la epidemia.
Tras los portones
se ha presentado: la peste negra.
La fiebre roe y roe
mientras con sus colas grises
escribe sus cartas de amor
Nosferatu, el sr del Tiempo.


III

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La sombra crece
en las paredes de piedra.
Espía tu pelo negro,
tu fresca boca
y la frisura de tus pezones
tras el vaho del espejo.
-Perdone que me presente así
soy el conde Drácula.
La muerte no lo es todo,
es más cruel no morir.
-Sombra ciega, ha de saber
que una mujer lavada de hombre
le cegará en lo oscuro
olvidando el canto del gallo.
Esa luz primera será la última
y la mañana será la noche.


IV

Caravanas de gusanos,
ataúdes de abedul
en fila procesionaria.
Una nube negra
llora polvo
sobre los retratos
que ahora son de la peste
y los insectos.
Donde ojos son túneles
en una luna muerta
y las manos escapan
como ramas de escarcha.
El silencio es la voz de las fogatas.
Arde la vida, cada vez más fría.
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La razón es el vampiro.
En tus torres San Gimignano
resta el eco de sus alas
y los lobos hablando en el idioma
de los huesos y las risas recordadas.
Puedo ver cómo los enterradores
se alimentan en su última cena
con joyas de mujer arrancadas.
Y cómo sobre la plaza corre la deslenguada oveja
y Bruegel pinta niños jugando con la muerte,
cerdos y abuelas que duermen mecidas
por el olor fétido de la espera.
Extrañas mariposas habitan los pozos.


V


Pero tus pies son ligeros como el deseo,
transparentes como mis dedos en tu arrabal,
cálidos como el dulce agua de tu vientre.
En el embozo caído guardas el crucifijo,
todo el asco y toda mi muerte.
Y tu cuello se entrega al goce de la sangre.

Penetra en tu piel el ansia.
No puedes darme más.

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VI

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Aún más bella
con esa luz primera
lloran los búhos
grita sobre la arboleda
el sol y el horizonte.

Aún más bella
con esa luz primera
las armas de mi dinastía
mueren enfermas sobre tu sangre,
sobre tu flujo, sobre tu olor.
Me duele la mañana que rompe la noche
y el eterno vuelo se ahoga sordo
en la tempestad de tu pecho regalado.

Aún más bella
con esa luz primera
alcanzas la clara vida en la oscura muerte.

Aún más bella
como una amapola
rota por el viento.
No te amaré nunca
pues nada soy
salvo una gota de tu sangre ahora seca,
ceniza de tanta destrucción.

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Texto: Jesús Fragoso
Imágenes Nosferatu de W. Herzog y Nosferatu Murnau
Pintura: Bruegel, El triunfo de la muerte.1562
Fotografía: Willie Dillon

jeudi, juillet 21, 2005

Dulce vaguedad

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Cierro tras de mi la puerta
y con el mar por las rodillas
atravieso la sencilla puerta
que lleva al cielo.
Toda la imaginación posible
aparece en ese primer día de vacaciones.
Paso a paso respiro hondo
por lo supuesto y esperado;
por lo deseado y acumulado
respiro hondo paso a paso.
A partir del próximo minuto
bajo un árbol se oirá el arpa
de un pájaro ciego y mis hijos
jugarán con la bola del mundo.

Es un estado natural que convertimos
en premio, en horas de minutos invisibles
que no importan porque sólo aquello que no hicimos
vale la pena reanudar.
Sólo eso que el tiempo nos prohibió
renace en el día sin cercas
de este jardín que habitamos.

Y no nos importa
el viento, ni la lluvia que nos acaricia
o el sol que arropa el cuerpo entregado.
Porque no hay que rendir tributo al segundo
ni a la larga noche del orden.

La dulce vaguedad del alma ha vencido
y no es pereza, sino lento derivar
de pasos sin rumbo sobre una tierra
que se sucede en geografías del sueño
para reinventar nuestros humanos corazones.

Y es que por unos días
nos parece que la Libertad
existe y pasea al antojo de nuestro brazo.

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Texto: Del libro La luz más clara, Jesús Fragoso ( De vacaciones entre Florencia y Venecia).

Pinturas: Sarah Kirby.

lundi, juillet 18, 2005

Me preguntas

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Y ¿tú me preguntas
por los muertos?
Tú, que les ves crecer las uñas
y aplastas las flores olvidadas
en las cunetas.
Y ¿Tú me preguntas
por los muertos?
Tú, que me trajiste desnudo
sin lenguaje ni fuerza
y me entregaste a la fortuna
de los caminos y las murallas,
así tan ciego
como un halcón sin cielo
ni horizonte...

Y tú me preguntas...
A mí que creo en las sonrisas
los soles y las guitarras,
el juego de los niños
y las tardes de siesta y vino derramado.

Y tú me preguntas...
A mí que no se resumir
el pasar de los relojes
por los cuerpos;
ni la avaricia de la urraca
en los valles
que habita el hombre;
ni la noche que ahoga el río
tras las promesas rotas.

A mí que creo en los ojos cerrados
cuando beso, y me dejo...
como un soplo de tu pelo
en la tormenta, y me dejo...
como un pájaro en tus manos
que tiembla al reconocer
los pasos invisibles,
la voluntad del tiempo.

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Texto: Jesús Fragoso
Pintura: Xevi Vilaró

jeudi, juin 30, 2005

Embajadas antiguas

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Embajadas antiguas,
muros desconchados.
De óxido las negras verjas
esplenden como la noche.
Silencio de ventanas huecas,
sólo el viento cada tarde
y las palomas sin memoria
con ojos fijos de presente.

Aquellas vísperas
con el horizonte
trazado de esperanza
y el arpegio de las copas
sobre la línea del cielo,
el rumor de la fuente
y el color de los cipreses.
Desmedida sensibilidad.

Silencio de orquestas extintas,
silencio, silencio,
y el aleteo del olvido
entre las estatuas amputadas.
Entre la alta maleza
los gatos se alimentan
de filigranas y miseria.
Huele a restos de vida.
Huesos en papel de diario.

Entroncadas buganvillas
en granito conservan el linaje
de aquellas noches y la música
de una blanca falda al rodar.
Noches siempre cálidas
por el fado de tus labios
por aquel largo camino
de la mano entre hortensias.

El jazmín silvestre envenena
cada aliento de mi recuerdo.
Tu país desapareció de los atlas
como mi nombre de tu diario.

La farolas no se encendieron
y a veces permanecí mirando
la luz tenue de las cortinas.

Embajadas antiguas,
muros desconchados.

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Texto: Jesús Fragoso
Fotografía: David Gallant y Marc Rivière